Ermita de Santa Brígida
En un principio esta ermita estuvo también bajo la advocación de San Ginés, patrón de las viñas, pero la pérdida de importancia del sector vinícola y el auge de las huertas decantó la devoción hacia Santa Brígida, patrona de huertas y frutales.
Emplazada en la cumbre de un cerro que domina la localidad, magnífico mirado además del valle del Múrtiga en primer término y de un amplio arco de sierras desde el Pico de la Era, entre Linares y Los Marines, pasando por la Sierra del Castaño, el Picote, el cerro de San Cristóbal hasta poniente con Puerto Lucía en la falda de la sierra.
Arquitectónicamente presenta una nave con dos tramos separados por un arco de medio punto rebajado, en su interior se puede apreciar un retablo mayor de estilo churrigueresco que contiene la imagen de la Santa.
La cubierta es de dos aguas y otra cubre el altar mayor.
La ermita data de finales del siglo XIII o principios del XIV y fue erigida por los repobladores cristianos. La parte más antigua es el ábside. La portada se sitúa a los pies de la nave, y es una interpretación popular de un modelo manierista, pudiendo datar del siglo XVI.
La sencilla espadaña que podemos ver hoy sustituye a un antiguo campanario de tres campanas, con vano de medio punto entre pilastras y frontón triangular rematado en cruz de forja.
En su interior se encuentra la imagen de Santa Brígida, obra de Agustín Sánchez del siglo XIX. También podemos ver una efigie de la Divina Pastora en barro policromado, obra de Fray Juan de Galaroza, de mediados del siglo XIX. La imagen de San Gines fue expoliada durante la Guerra Civil.
Se accede por el camino de Santa Brígida que parte de la Calle Vitoria.