Se trata de un edificio ubicado en el centro del pueblo y que en un principio se trataba de una pequeña ermita al pie de uno de los caminos de entrada y salida de la población, construida bajo la advocación de San Sebastián para protección frente a las epidemias de peste.

Este edificio, fruto de diversas  remodelaciones sucedidas hasta aproximadamente 1880, está presidido por un retablo neoclásico donde se venera la imagen de la Virgen del Carmen, patrona de Galaroza; se trata de una talla de dificultosa atribución y cronología; como agravante, se ha descubierto que originalmente fue una Virgen de la Merced, lo cual indica que puede tratarse de una imagen de finales del siglo XVI. Parece que fue José Montes de Oca quien remodeló la imagen durante la primera mitad del siglo XVIII. Como dato curioso, diremos que la Virgen no presenta al Niño entre sus brazos sino que se encuentra encinta.

Destacan también la imagen de un Crucificado  y una Virgen Dolorosa  arrodillada que data de principios del siglo XVIII.